Frida y Frieda son nombres alemanes; la forma escandinava es Frida. Todos ellos se derivan del elemento germánico “Frid”, que significa “paz”. De hecho, la palabra moderna “paz” sustituyó a la “Frid” Olde Inglés que también se asocia con la palabra “felicidad” (como en la paz de la mente). Algunas personas creen erróneamente que el nórdico antiguo Frida significa “hermosa, amada” sino que se confunden con su Freyja (un nombre diferente por completo). En la mitología nórdica, Freyja era una diosa del amor y la belleza, y su nombre significa “dama”. Frida, sin embargo, significa “paz”. El nombre fue el más famoso a cargo del célebre pintor mexicano Frida Kahlo (1907-1954). Por cierto, el padre de Frida Kahlo nació en Alemania, de origen judío-alemán, y se estableció en México a la edad de 19. Así es como el artista mexicano recibió su primera germánica nombre. Hoy en día el nombre de Frida es especialmente popular en Noruega y Dinamarca, pero también se utiliza con regularidad en Alemania y Suecia.
Frida Kahlo (de Rivera) fue el famoso artista mexicano que es conocido tanto por su asociación con Diego Rivera como por sus propias pinturas, más notablemente sus autorretratos. Nacido de un padre judío alemán y madre mexicana, Frida era desde el principio se trasladó a estudiar medicina. La víctima de un accidente de autobús devastador cuando era una adolescente, Frida llevó a la pintura durante su larga convalecencia. Las lesiones resultantes afectando toda su vida, dejándola herida, en el dolor y en la necesidad de múltiples cirugías, todos los cuales condiciones se filtraron hacia sus pinturas. Su relación volátil con Rivera, con quien se casó, se divorció, se volvió a casar y vivía dentro de una forma incómoda de â € œopen marriageâ €, fue otra inspiración abrumador para su obra de arte con infusión de sufrimiento. Ella murió a la temprana edad de cuarenta y siete años, ya pesar de un cierto reconocimiento importante de su trabajo durante su vida, no fue hasta la 1980a € ™ s de que ella alcanzó el estatus de culto que goza hoy en día. Abrazado por las feministas y los amantes del arte por igual, tal vez la mejor evaluación de su legado fue pronunciada en 1938 por el también artista André Breton, que la llamó una obra cinta € œâ alrededor de una bomba €.